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viernes, 28 de octubre de 2011

El significado de un voto

Hoy es un día importante para Cartaojal, pero no sólo por la elección de su alcalde pedáneo, sino porque el pueblo tiene la oportunidad de comprobar el grado de implicación de los vecinos con su futuro. El puesto que hoy elegimos es un cargo sin demasiada fuerza y con poco margen de movimiento, pero es la vía más rápida que actualmente tenemos para hacer llegar nuestras necesidades a aquellos que gobiernan en el municipio. Es un cargo de una responsabilidad extrema, ya que la persona designada será quien pelee por nuestros intereses durante los próximos cuatro años y será a ella a quien tendremos que exigir que pida responsabilidades cuando las promesas no se cumplan. Está muy mal pagado, eso lo sabemos todos, pero el elegido debe ser lo suficientemente fuerte como para no sucumbir ante la tentación de cambiar la confianza que ahora depositamos en él por un puesto de trabajo o por un puñado de euros, ya que en ese caso nos estará traicionando a todos y será a él a quien tendremos que pedir responsabilidades. Hace 250 años Cartaojal debía ser un bosque en el que se asentaron carboneros y jornaleros de las fincas cercanas. Ninguno de aquí, pero todos lucharon por la que desde entonces fue su tierra. Trabajaron, lloraron, sufrieron y amaron; mientras que sus manos, sus lágrimas, sus lamentos y sus sueños abonaban día tras día la tierra sobre la que el tiempo levantó nuestro pueblo. Hoy no votamos sólo por un alcalde pedáneo, lo hacemos también por nuestro pueblo y por lo que este lugar significa para cada uno de nosotros, por nuestros anhelos y por lo que queremos dejar a quienes vengan tras nuestros pasos. Con nuestro voto señalamos la dirección que debe seguir el camino de nuestra historia.

1 comentario:

  1. No lo hubiera expuesto de mejor y más completa forma.
    En verdad que quien tenga que representarnos, habrá de lidiar con la impotencia de estar supeditado al Ayto. de Antequera, en todos los aspectos administrativos y estamentales. Le compadezco por ello. Debemos honrar a nuestros ancestros, haciendonos dignos herederos de su proyecto y dar continuidad al nacimiento de aquella aldea, hoy pueblo y mañana, tal vez, ciudad. Recordar nuestras raices e historia, (aunque algunos quieran tergiversarla o cambiarla a su antojo y convenio), para poder mirar adelante. Yo ya he ejercitado mi derecho al sufragio, ahora la voluntad popular dictará quién ha de ser nuestro representante, (o representanta...) y que este, lo haga de la mejor manera posible, con las limitaciones y trabas existentes. Suerte a todos/as.

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