Así se acaba con una forma de vida y se da un duro golpe a la economía de un pueblo. Dinero europeo para eliminar olivos y producir energía fotovoltaica para la Unión. Hay que invadirlo todo de un modo incontrolado y sin escrúpulos para que no falte energía "ecológica" en las grandes ciudades. Como en casi todo, hoy en día solo se tienen en cuenta los votos y un pueblo de 1200 habitantes es prescindible según la política del mal pastor. La invasión fotovoltaica es el modo renovado que tienen los políticos autóctonos, los de nuestro país en los distintos escalafones, de poner el agujero de sus posaderas a disposición del mejor postor e hipotecar nuestro futuro a cambio de "calderilla". ¡Y les gusta! Se les llena la boca de España vaciada pero se les relaja el esfínter cuando los cantos de sirena acarician sus oídos con la palabra millones. Los olivos siempre han sido el comodín de Cartaojal, en las buenas y en las malas, y una importante fuente de ingresos para la zona, pero los "perros" de Europa olvidan su dignidad y menean el rabo para recibir "galletitas" a cambio de destrozar nuestro entorno. A las puertas de una crisis alimentaria, producida porque el mundo está más loco que nunca, destrozamos tierras de cultivo para instalar placas. Cuando nos visiten las vacas flacas nos quedarán dos opciones: chupar esas placas o emigrar a la ciudad. Porque en la ciudad siempre hay comida: tomates, papas, aceite... Aparece de la nada en los supermercados.
Para Masanobu Fukuoka la agricultura es un medio para el desarrollo del ser humano y su armonía con la Naturaleza. Esto entronca con la concepción oriental de Dō o vía de perfección de la filosofía Taoísta y del Budismo Zen. La agricultura tiene todo lo necesario para hacer feliz al ser humano, y oportunidades para desarrollar su potencial interior.
ResponderEliminarEl método de agricultura Fukuoka, nos dice que no maltratemos la tierra, el sentido común también.
SIGUE EL SILENCIO DE LOS BORREGOS.