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domingo, 7 de abril de 2024

El aumento de la oferta energética podría reducir los beneficios de las fotovoltaicas y convertir nuestro entorno en un basurero tecnológico

La oferta de energía fotovoltaica, que ha crecido considerablemente por la permisividad que existe en España para la instalación de macroproyectos fotovoltaicos que no tienen escrúpulos para pisotear el modo de vida de pequeñas poblaciones rurales como nuestro pueblo, está provocando descensos puntuales del precio de la energía que podrían acarrear la falta de rentabilidad para las empresas que han apostado por esta "invasión", amenazando con convertir en un cementerio tecnológico los alrededores de poblaciones como Cartaojal y dejar un grave problema a los propietarios de los terrenos en los que se han instalado.

Esto no significa que la energía te vaya a salir gratis ya que es como el precio del combustible que sube rápidamente cuando sube el barril de petróleo pero que después le cuesta adaptarse a las bajadas. Pero al existir más oferta de energía que demanda y al no poder ser acumulada en baterías, las eléctricas se ven obligadas a venderla a precios más bajos. 

La solución alternativa a esta falta de baterías puede estar en crear plantas de hidrógeno para, con esa energía sobrante, obtener hidrógeno verde, algo que también suena para la comarca de Antequera como pudimos ver en el "Desayuno informativo de Clave Económica"

El problema de la fabricación de hidrógeno es que necesita agua, y además que está esté limpia y sea pura. Unos 9 litros de agua pura (hasta 18 de agua impura que debe ser purificada) para obtener 1 kg de hidrógeno verde. 

Todo esto son cosas que en cualquier país, en cualquier región autónoma y en cualquier municipio que tenga dirigentes con dos dedos de frente, haría que se estudiara todo con minuciosidad para ver las consecuencias de la instalación de estos proyectos que machacan el entorno, la agricultura y el modo de vida de los ciudadanos. Incluso Paul Lafargue, director internacional del grupo IDEC, sentado a la derecha de Manolo Barón durante el acto antes citado, dijo cuando subió al escenario: 

"Y lo repito, vamos a vivir una revolución y si no somos un poco ambiciosos no estamos preparados para evolucionar. El espacio y sobre todo la región de Andalucía es una verdadera oportunidad de desarrollarse, de marcar las diferencias con las regiones no sólo de España sino también de Europa. Tenéis una suerte increíble. Vengo de Francia. Puedo deciros que estamos ahogándonos en todo lo que es el papel. Reflexionamos mucho pero no producimos gran cosa. Critico a mi propio país, me duele,  pero se que pronto vamos a tener una revolución. Pero aquí tenéis suerte, porque cada actor con el que me cruzo es un auténtico motor, y esto es lo más importante. Evidentemente siempre hay mejores soluciones y unas pueden ser mejor o peor que otras. Pero lo que hay que hacer es creer". (Escúchalo pinchando aquí)

Critica a su país por no querer hacer las cosas a lo loco y querer meditar las cosas antes de poner patas arriba la vida de sus ciudadanos y elogia a Andalucía porque sus políticos, al parecer, tienen otras prioridades y son tan avanzados que no necesitan estudiar los proyectos con el mismo cuidado antes de imponerlos a sus ciudadanos destrocen lo que destrocen. 

En Cartaojal, la revolución se ha convertido en una invasión fotovoltaica que dibuja un futuro "negro" para nuestro pueblo, en el que los vecinos tendrán los inconvenientes, por la situación de los megaproyectos, pero no los beneficios económicos de estas instalaciones. Esperemos que la construcción de estos anunciados proyectos de hidrógeno en la comarca de Antequera no se conviertan también en la falta de agua para sus ciudadanos.

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