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lunes, 3 de julio de 2017

Gran éxito de la XIX Noche Flamenca de Cartaojal.

La verdad es que no sé por dónde comenzar a decir lo que ha significado y lo que ha sido la Noche Flmenca. Más de 500 personas reunidas en el patio de un colegio, escuchando con respeto, pasando un poquito de frío, aguantando como buenos aficionados al flamenco, venidos de todos los rincones de España y de fuera, eso fue la XIX NOCHE FLAMENCA DE CARTAOJAL, eso es todavía en el “regustillo” del paladar nuestra noche flamenca. Abrió la noche Fina Colmenero, de Torredelcampo, con una malagueña, siguió con cantiñas, soleá apolá enlazando varios estilos, se acordó de Marchena, y remató con unos fandangos a capela que puso al público en pié. Digna actuación de la segunda clasificada en el concurso Juan casillas de Antequera que estuvo acompañada a la guitarra por Julio Romero que hizo lo que tenía que hacer, arropar y acompañar con clase. A continuación subió al escenario Pepe Cívico, de Cartaojal, acompañado a la guitarra por Javier López, también de Cartaojal. Dignísima actuación de Pepe que se sobrepuso a unos problemas personales que lo tuvieron en jaque unos días antes y de los que se liberó cantando por soleá, por tientos, alegrías y bulerías con un tema que ya demandan sus seguidores donde quiera que canta, “En un rincón del alma” que es donde ya lo tenemos a este cada vez más hecho cantaor local. El tercer lujo de la noche llegó con la saga de Tío Gregorio, Borrico de Jerez, en su nieto Manuel Fernández Carrasco “El Borrico”- que amablemente me recriminó, dedicándome una pedazo de soleá, cuando lo llamé Borrico de Jerez porque dice Manuel que Borrico de Jerez sólo hubo uno, y vaya loza que le ha tocado soportar con el nombre de su abuelo. Cantiñas, Soleá, tientos, seguirillas, fandangos y remató su actuación por bulerías de su tierra que a modo de fin de fiesta –cerrando la primera parte del festival- puso a la gente de pie. Manuel encaró la noche templando con maestría y acordándose de dónde viene, nos puso los vellos de punta cantando por soleá y por tientos. Acompañado a la guitarra por el magistral Agustín de la Fuente y a las palmas por su sobrino, Manuel Ramírez Soto –abogado gitano, para que después digan que los gitanos no estudian- y por el bailaor Pepe Garrido, El Sorri de Jerez, que con más de 80 años se pegó unas pataitas con un arte que no cabe ni en el Museo del Prado. ¡Gracias Manuel!. La segunda parte comenzó con el calor de la fragua de los Parrones, Jaime Heredia “El Parrón”, cantaor de inspiración y con una garganta rota de tanto dolerse, nos trajo entre otros, cantes de Cádiz y la soleá de su tío Juanillo el gitano. Qué manera de callar a la gente, el patio repleto a pesar de la hora, y la voz ronca de este gitano, padre de Marina Heredia, que a la limón con poemas recitados por Curro Albaicín, hicieron de la soleá una pura emoción a la nos llevaba ayudado por las notas de esa imprescindible guitarra de Luis Mariano. Graná en estado puro se vino a Cartaojal para dejar una parte de esa tierra que no se irá jamás. Algún día el flamenco de Granada tendrá que poner un poquito más en el lugar que le corresponde a este gitano de arte y de “sangre en la boca cuando canta” El espectáculo de la Zambra de Curro Albaicín irrumpió con fuerza y colorido en el escenario y con ese olor a cueva y a tortilla del Sacromonte, a versos recitados y a tangos del camino del Cerro, del Albaicín, a pureza granaína, a señas de identidad de unos gitanos que tanto han sufrido y tanto han gozado. Eso es lo que a mí llegaba cuando veía a esas gitanas bailando la fiesta de la boda gitana en la alboreá, la cachucha, la mosca; a Curro bailando “el petaco”, al compás de ese conocido tanguillo:

“ Atribón, atribón…
como estaba la noche oscura
a tientas le fui metiendo 
la llave en la cerradura”

A diez personas en el escenario cantando y bailando el Fandango de Granada, un cante abandolado del folklore granadino. Me llevé una sorpresa y fue un hallazgo, con el baile por alegrías de Verónica Fernández. Qué pedazo de bailaora, qué fuerza, qué racial, qué manera de meter los pies, qué auténtica en sus desplantes, en su manera de recogerse, es una bailaora de raza como también lo es “La Mona”, la bailaora con más de edad que nos dejó una soleá de las cuevas para enmarcar y que la pongan en su cabecera las niñas que quieren ser algo en el baile porque eso no se aprende en las academias. Llegamos al final de la noche con los tangos de Graná, que no dejaron indiferente a nadie, con esa variedad de tangos que nos llevan desde la Torre de la Vela hasta el Altar mayor “donde los santicos perdonan” con la misma fuerza, bravura y emociones como tienen esos barrios donde cada día se mira la Alhambra. Gracias a la Diputación de Málaga, a D. Antonio Roche, encargado de organizar la V Bienal de Málaga donde nuestro festival ha estado incluído; Gracias al Ayto. de Antequera por su imprescindible y afable colaboración, gracias a los patrocinadores privados que este año se han volcado con nosotros y gracias a la vida que cada año y cada día, nos sigue dando tantas oportunidades para gozar de este bendito arte. Sólo avisar de que la XX NOCE FLAMENCA DE CARTAOJAL ya está en marcha. Un agradecimiento especial a los socios de mi Peña Flamenca de Cartaojal ”Paco de Antequera” por hacer posible este evento. (Mensaje de Francisco José Pozo Cabello, Presidente de la Peña Flamenca de Cartaojal "Paco de Antequera").

2 comentarios:

  1. Buenas. Estoy buscando la letra entera y si puede ser también el audio de esa copla que Usted ha puesto un poco ahí: “ Atribón, atribón…
    como estaba la noche oscura
    a tientas le fui metiendo
    la llave en la cerradura”.
    Si me pudiera facilitar algo de ello estaría enormemente agradecido. Saludos.

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    Respuestas
    1. Eso estará en Google, seguramente; yo lo he escuchado a ellos.

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